Ser físicamente activo es un paso importante para gozar de una buena salud. Los deportes saludables para el corazón son herramientas efectivas para fortalecer el músculo cardíaco. Para la Medicina no existe duda de cómo afecta el ejercicio al corazón. Con su práctica regular logramos mantener a raya el peso, prevenir el daño arterial debido al colesterol y controlar los niveles de azúcar y de presión arterial. Alinea el latido de tu corazón con el ejercicio físico y experimenta cómo el bienestar se extiende a todas las áreas de tu vida.
Corazón y deporte
¿Cuál es el mejor deporte para el corazón? Afortunadamente, y para tener un mayor número de opciones donde elegir, son muchos. Para una mejor comprensión, dividiremos los deportes que ayudan al sistema cardíaco en ejercicio aeróbico, entrenamiento de resistencia y flexibilidad. Los dos primeros incluyen los deportes más saludables para el corazón, aunque también es aconsejable complementarlos con otras actividades; nos referimos a aquellas que sirven para potenciar la movilidad articular, la extensión muscular y mejorar el equilibrio, toda una base efectiva para los ejercicios aeróbicos y de fuerza.
¿Qué deportes son cardiovasculares?
El ejercicio aeróbico moderado que hace al corazón bombear sangre es el más recomendado por los médicos para todo tipo de personas. Es también una buena forma de engancharse al ejercicio después de una vida sedentaria. De forma generalizada, 30 minutos al día, como mínimo cinco días a la semana, se considera una pauta óptima. Estos son algunos ejemplos de deportes saludables para el corazón del grupo aeróbico: Caminar a paso ligero, correr, nadar, montar en bicicleta, saltar a la comba, jugar al tenis y al padel. Las alternativas a hacer deporte para alguien con cardiopatías deben incluir, por supuesto, supervisión médica. Según la doctora Isabel Jiménez López, cardióloga UCC, HU Montepríncipe y Hospital Fuenlabrada, las personas con cardiopatías leves y moderadas pueden “realizar ejercicio y deporte recreativo de baja y media intensidad sin restricción”. Para realizar deporte competitivo y de mayor intensidad, es necesario la realización de una prueba de esfuerzo.
Adaptación del corazón al esfuerzo
El entrenamiento de resistencia o fuerza ayuda a reducir la grasa. Su acumulación es un factor de riesgo coronario, tal y como nos recuerdan las organizaciones que participan en septiembre en el mes del corazón. Por tanto, la combinación de ejercicio aeróbico y trabajo de fuerza constituye la mejor opción para aumentar el colesterol bueno (HDL) y reducir el malo (LDL). La frecuencia con la que se debe introducir este tipo de rutinas es de, al menos, dos días a la semana, dejando siempre un día de descanso entre sesiones. Algunos ejemplos son ejercicios con pesas, flexiones, sentadillas, dominadas o las clases que introducen cardio y ejercicios de resistencia como GAP, ejercicio funcional, Aqua Power, etc.
Otros ejercicios para fortalecer el corazón
Los ejercicios de flexibilidad, como los estiramientos, no contribuyen directamente a la salud del corazón. Sin embargo, sí son enormemente beneficiosos para la salud musculoesquelética, lo que permite mantener en forma las articulaciones y los grupos musculares. La flexibilidad corporal es una parte ineludible a la hora de mantener las rutinas de ejercicio aeróbico y entrenamiento de resistencia. En otras palabras, una buena salud musculoesquelética te ayudará a practicar los deportes saludables para el corazón. El Pilates, o el Yoga, mejoran esta habilidad física, además de ser motivadoras al poder ser practicadas en grupo. La frecuencia con la que practicar estas actividades son una señal clara de cuántos beneficios aportan: pueden hacerse todos los días e, incluso, incluirlas en una tabla sencilla al final de cada una de nuestras sesiones de ejercicio.