21 marzo, 2022

Cómo volver a hacer ejercicio después de una vida sedentaria

Escrito por: GO fit

El sedentarismo ha sido el estilo de vida al que muchos ciudadanos se han acercado en los últimos años, debido a la pandemia. En GO fit, siempre tratamos de ofrecerte las herramientas necesarias para ayudarte a lograr tus propósitos, incluso cuando las condiciones no son favorables. Durante el confinamiento, estuvimos a tu lado gracias a gofit.tv y queremos seguir estando a tu lado todos los días.

Es una realidad que en nuestra sociedad, existe un porcentaje de la población que tiene unos niveles de actividad física inferiores a los que tenían previo al COVID-19. Para esas personas, la vida sedentaria se ha empezado a instalar cada vez más y el reto ahora es recuperar la normalidad.  

El ritmo de vida actual es alto, especialmente en las grandes ciudades, y el tiempo disponible para cultivar el cuerpo se reduce. Estamos conectados continuamente gracias a las nuevas tecnologías, lo que es una ventaja, pero también un problema, si no conseguimos desconectar.

Cómo nos afecta llevar una vida sin deporte 

Teniendo en cuenta esta situación, nos encontramos con un estilo de vida que tiene consecuencias negativas en nuestro cuerpo. La mayoría de estas consecuencias están relacionadas con la condición física y posibles enfermedades, si bien el aspecto emocional también se ve afectado. La obesidad, las enfermedades del corazón y una presión arterial alta son las consecuencias más graves que tiene una vida sedentaria, pero también florecen problemas como el estrés, cansancio permanente. La práctica regular de actividad física es salud y olvidarse de esta puede generar este tipo de problemas, que no son los únicos. Problemas de diabetes y cardíacos, especialmente entre los adolescentes se agudizan; además de un aumento de las posibilidades de tener un colesterol alto.  

Quiero volver a hacer deporte: ¿cómo lo hago?

  • Sin prisa, pero sin pausa. Solo el hecho de plantearlo y estar dispuesto a ello es un primer paso importante. Para aquellos que hayan estado apartados del ejercicio físico, o al menos a los niveles de actividad física previos a la pandemia, es recomendable recuperar la actividad física poco a poco, empezando por un nivel de exigencia bajo en cuanto a intensidad y tiempo. La motivación es un arma de doble filo y no se debe confundir con excitación; ya que un inicio de la actividad con mucha intensidad puede provocar lesiones y un desgaste mental. Merece la pena invertir tiempo en reflexionar sobre qué actividades deportivas se adaptan mejor a nuestras características y posibilidades. Hay muchas opciones y con un poco de ganas se encuentran aquellas idóneas. 
  • No hay que fijarse objetivos personales ni retos durante los primeros meses, ya que esto se tiene que entender como un cambio en el estilo de vida; una manera para integrar el ejercicio en nuestra agenda semanal. La idea es volver a hacer deporte y entender que éste debe formar parte de nuestra forma de vivir.  
  • La constancia tiene que predominar, así que establecer un calendario que sea flexible y realista puede ser una buena iniciativa. Merece la pena fijar dos o tres días a la semana, en unas horas concretas, para la actividad física; y cumplir al menos el compromiso de hacer la actividad. Respecto al grado de la intensidad que ponemos a la práctica deportiva, esto queda ahora en un segundo plano. La idea que debe rondarnos por la cabeza es la de hacer deporte: convertirlo en un hábito que no se puede abandonar.  

Hacer deporte en grupo 

Buscar un deporte que implica la participación de un grupo de personas puede ayudar para salir de una vida sedentaria, ya que el compromiso colectivo y el apoyo entre compañeros son factores de refuerzo. Tenis, fútbol, baloncesto… Son muchas las modalidades que requieren de la presencia de un número mínimo de deportistas. Compartir esta experiencia supone, además de los beneficios para el estado físico, otros muy positivos a nivel social y emocional. La socialización se produce desde la primera toma de contacto y el hecho de compartir momentos y acciones con otras personas supone un impulso para iniciarse en una actividad deportiva. En este contexto no hay que olvidar el compromiso adquirido con los compañeros, lo que significa otro motivo para salir de casa y hacer deporte.