Todas las personas, independientemente de su edad o condición física puede beneficiarse de bienestar físico, mental y emocional que proporciona el yoga. En este sentido, existe una variante del yoga para niños con la que se persigue inculcarles de forma progresiva el divertimento y las ventajas que aporta la actividad física en la calidad de vida de los más pequeños.
¿En qué se diferencia el yoga infantil del tradicional?

En cuanto a técnicas de respiración, posturas y búsqueda de la conexión mente-cuerpo, el yoga infantil guarda muchas similitudes con el tradicional. Pero por supuesto, existen diferencias claras que buscan adaptarse a las necesidades, al desarrollo y a las capacidades de los más pequeños. Podemos resumirlas en:
- Enfoque lúdico: el yoga infantil busca divertirles y potenciar la creatividad y el interés de los niños a través de juegos, canciones, rimas, historias y actividades interactivas que les ayudan a retener el aprendizaje.
- Asanas infantiles: se enseñan posturas simples para garantizar que sean apropiadas para el crecimiento infantil y la seguridad en los movimientos a través de accesorios como almohadas o mantas. Algunos ejemplos son el perro boca abajo, el árbol, el gato-vaca o la cobra, entre otras.
- Duración de la sesión: dado que su capacidad de concentración es más limitada, las clases de yoga infantil son más reducidas, dependiendo eso sí de la franja de esas y el nivel de los niños.
- Potencia el entretenimiento y la expresión corporal: más allá del objetivo de centrarnos en el aquí y el ahora del yoga adulto, en este caso, se les anima a experimentar con las asanas siempre y cuando sean cómodas para ellos.
Cómo se trabaja en el yoga infantil
El yoga infantil se trabaja con los niños de una manera que sea divertida, interactiva y adaptada a sus necesidades y capacidades que puede resumirse en:
- Crea un ambiente acogedor: en el que los niños se sientan cómodos para practicar el yoga, sin ningún tipo de competitividad por lograr resultados inmediatos. Este espacio tranquilo se potencia con música suave, colchonetas coloridas y elementos decorativos inspiradores.
- Respiración consciente. El yoga infantil enseña a los niños técnicas como la respiración abdominal profunda o la visualización y meditación guiada que les ayuda a relajarse y a tener un mayor control de las emociones.
- Espacio para el juego: como hemos visto al analizar las diferencias con el yoga adulto, el infantil se esfuerza por incluir de manera recurrente los juegos y las actividades que permitan potenciar la parte lúdica de la actividad. Un ejemplo puede ser dar nombres a las asanas que sean fáciles de recordar por parte de los niños, usar juegos para enseñar las posturas, o incluso imitar animales y objetos en las posturas.
- Foco en la cooperación: el yoga infantil siempre les enseña a trabajar en equipo, un aprendizaje que pueden seguir poniendo en práctica a lo largo de su vida académica y laboral.
Beneficios del yoga infantil

Tal y como ocurre con el tradicional, el yoga para niños aporta innumerables beneficios físicos, mentales como:
- Ayuda a reducir el estrés: a través de técnicas de respiración y relajación, los niños aprenden a controlar sus emociones y a lidiar con el estrés de manera más efectiva.
- Mejora la flexibilidad y la fuerza muscular: con las asanas los niños desarrollan flexibilidad en músculos y articulaciones y fortalecen el cuerpo.
- Fomenta la concentración y la atención: el yoga enseña a los niños a enfocarse en la respiración y el momento presente.
- Aumenta las habilidades sociales: en estas clases de yoga los niños aprenden a trabajar en equipo, a respetarse y a colaborar en actividades grupales.
- Estimula su imaginación: al imitar animales, objetos y elementos de la naturaleza con las asanas, los niños pueden desarrollar su imaginación y creatividad.
- Ayuda a tener una mejor postura: gracias al trabajo de coordinación corporal de las asanas.
- Eleva la autoestima: con el yoga, los niños aprenden a escuchar su cuerpo, a cuidarlo y aumentar la confianza en sí mismos.
- Mejora la calidad del sueño infantil: practicar yoga justo antes de ir a dormir puede ayudarles a conciliar el sueño de forma más sencilla.
¿Cuándo se empiezan a notar los beneficios del yoga?
Aquí también existen grandes similitudes con la edad adulta. Los beneficios del yoga infantil van a depender de cada niño y de factores como la frecuencia de la práctica, la franja de edad o la habilidad motora. Pero lo normal es que tras un par de sesiones ya se aprecien grandes beneficios en términos de relajación y calma, potenciados por las técnicas de respiración y meditación utilizadas.
Más a largo plazo, en cuestión de semanas o meses empiezan a notarse también los aspectos relacionados con la flexibilidad y la fuerza muscular, así como los mentales y emocionales, con una mayor concentración y una mejor gestión del estrés. Para mantener todas estas ventajas en el tiempo es imprescindible practicar de manera constante a lo largo del tiempo.
En conclusión, el yoga infantil es una herramienta muy útil para fomentar el bienestar físico, mental y emocional de los niños. Siempre adaptado a sus necesidades y capacidades, se convierte en una actividad lúdica y educativa que no solo les ayuda a mejorar su flexibilidad y fuerza, sino que también les enseña a manejar el estrés, concentrarse mejor y desarrollar habilidades sociales y creativas. Los beneficios de esta práctica se pueden notar desde las primeras sesiones y se intensifican con la constancia, haciendo del yoga un hábito positivo que puede acompañar a los niños durante toda su vida.