Te encanta correr, pero has sufrido el calor del asfalto este verano y valoras el vivir nuevas experiencias con mejores vistas en un entorno natural. Si te sientes identificado, es que ha llegado el momento de que te inicies en el trail running y disfrutes de este deporte.
Hoy te dejamos algunos consejos para que disfrutes de la transición del asfalto a la montaña y cambies los entrenos de la gran ciudad al medio natural.
Cómo empezar a correr por montaña
Parece obvio, pero lo primero que debemos asumir es que no corremos por el mismo terreno, cambiamos parques llanos y asfalto por piedras, senderos, rocas y tierra. Si pruebas el trail running, debes asumir que hay importantes diferencias con respecto a correr en asfalto: el ritmo no podrá ser el mismo ni tampoco tus zapatillas.
Cuando corremos por montaña es importante tener en cuenta la inclinación del terreno, los obstáculos que vamos a encontrarnos y que incluso en algún momento no podamos ni correr. Correr por senderos o pistas en la montaña será más duro que el asfalto y requerirá un mayor esfuerzo físico, aunque también tendrás la recompensa de descubrir paisajes increíbles y disfrutar del entorno natural.
Si la decisión de probar el trail running está tomada, te dejamos unos consejos claves para saber cómo empezar a correr por montaña:
- Olvídate del ritmo: a partir de ahora es más importante que pienses en el tiempo total de tu entrenamiento que pensar en la distancia total que vas a recorrer o el ritmo. Empieza por salidas más cortas de tiempo y ve ganando experiencia en la montaña.
- Entrena la fuerza y la propiocepción: el nuevo terreno al que te vas a enfrentar es irregular y con desnivel, debemos trabajar la propiocepción y el equilibrio para enfrentarnos a ello, así como para prevenir lesiones. No olvides añadir dificultad a tu rutina de fuerza para correr con elementos que añadan inestabilidad como el bosu o discos de equilibrio.
- Prepara previamente la ruta: empieza por rutas cortas y de menor dificultad técnica, deja que tu musculatura se vaya adaptando poco a poco al nuevo terreno. Busca qué recorrido vas a realizar y su perfil, estima cuánto tiempo te puede costar y, si sales solo a entrenar, avisa a alguien de la ruta que vas a realizar.
- Emplea el material adecuado: no valen tus zapatillas favoritas para correr, debes emplear zapatillas de montaña que garanticen un mayor agarre a la superficie, que proporcionen estabilidad a tus tobillos y una buena amortiguación para proteger tus articulaciones. Además de la ropa técnica que ya conoces, es importante que incorpores a tu entrenamiento una mochila de trail running donde puedas llevar ropa de abrigo (ya que el tiempo en montaña puede ser muy cambiante), agua, comida, un kit de primeros auxilios, hidratación y el teléfono móvil. Presta atención a los calcetines y protégete de las rozaduras y también del sol (sobra decir que la protección solar es siempre obligatoria).
- Consulta la previsión meteorológica: No añadas dificultad y riesgos innecesarios a tu entrenamiento. Evita situaciones de clima extremo y prioriza tu seguridad a la salida por montaña.
Empieza poco a poco y busca un grupo o club de corredores de esta especialidad que te ayudará a conocer gente nueva y a mejorar la técnica de trail running, además de descubrir nuevos senderos y caminos que te enamorarán.
Carreras de montaña para principiantes
Si superaste el camino del caco a tu primer 10K y ya están pensando en buscar carreras de montaña para principiantes es que eres todo un corredor experto que busca nuevos retos.
Debes saber que la preparación del corredor de montaña es más específica de lo que podemos pensar inicialmente, por lo que no caigas en el frecuente error de inscribirte a una carrera de montaña sin haber adaptado tus entrenamientos al nuevo medio. A las claves que te hemos dado anteriormente, debes añadir la importancia del trabajo excéntrico que se realiza en las bajadas, para lo que debemos estar preparados.
Las carreras por montaña tienen mayor complejidad técnica que las competiciones en asfalto, así que tendremos que valorar tres variables antes de lanzarnos a por un dorsal: la distancia de la carrera, la altimetría y el tipo de superficie por el cual discurre.
Lo ideal es que sean carreras con distancias bastante inferiores a 20 kilómetros y un desnivel poco pronunciado, al igual que el terreno debe tener una dificultad que podamos controlar. La seguridad es lo primero y seguro que encontrarás varias opciones adecuadas para iniciarte en esta modalidad. Disfruta con seguridad de este nuevo reto y de la nueva experiencia que te dará el dar zancadas en plena naturaleza.