¿Por qué me falta energía?
Una de las preguntas y dudas más habituales que se escuchan entre las personas que realizan ejercicio está enfocada a por qué me falta energía para entrenar. El cansancio y el agotamiento son las dos sensaciones que definen la fatiga deportiva, un estado físico que a la hora de hacer ejercicio no nos deja o dificulta seguir adelante.
Existen diferentes motivos por los que puede ocurrir esto, y una de las claves principales que hay que tener presente es que el ser humano es energía en movimiento; es una máquina cuya ingesta se transforma en fuerza, potencia, actividad o dinamismo a través de los nutrientes. Correr, nadar, practicar yoga, Bike, ejercicio de fuerza o pasear, son el resultado de la transformación de esa energía en movimiento. Por lo que, la primera respuesta a esa posible fatiga deportiva o debilidad a la hora de hacer ejercicio puede deberse a los alimentos que comemos.
¿Qué hago para tener energía para entrenar?
Alimentarse de una forma correcta es fundamental para evitar la falta de energía a la hora de entrenar. La ingesta de agua es vital hasta el punto de que, buena parte de los casos de la fatiga deportiva en personas que realizan ejercicio de manera habitual, están relacionados con la deshidratación y la pérdida de electrolitos a través del sudor. Como recomendación general, se debe tener muy en cuenta beber entre litro y medio y dos litros de agua al día, además de tener una dieta rica en proteínas (animales y/o vegetales), frutas y verduras y grasas saludables como la del aceite de oliva virgen extra y los pescados azules.
Para hacer frente a esta fatiga deportiva, un desayuno energético previo al entrenamiento puede ayudarnos a obtener energía. El ya conocido porridge de copos de avena acompañados de fruta y frutos secos es una de las mejores alternativas. También un yogurt con manzana, avena y nueces o un batido hecho a base de leche de soja, plátano y cereales. En cambio, si se entrena por la tarde, lo ideal sería hacer una ingesta de carbohidratos (verduras, hortalizas, frutas, pan de semillas enteras…), proteínas (carnes, pescados, huevos, legumbres o frutos secos) y grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva virgen extra…) con los que ayudar al cuerpo a coger la energía que necesita para entrenar pero también para recuperarse.
Dejando a un lado el tema de la alimentación, el descanso nocturno y el equilibrio entre el entrenamiento y la recuperación, son dos temas elementales si lo que ocurre es que te falta energía para entrenar. En primer lugar, hay que saber que dormir es importantísimo tanto para el cuerpo como para la mente, de ahí que sea necesario tener una rutina de sueño de alrededor de ocho horas de descanso de calidad. Esta desconexión te permitirá levantarte con más energía y poder disfrutar de tu ejercicio siendo más eficaz en el entrenamiento.
En segundo lugar, y a pesar de que muchas personas no lo tengan especialmente en cuenta, se encuentra el mantenimiento de un correcto equilibrio entre el entrenamiento y la recuperación, muy relacionado también con el descanso de calidad. Y es que el sobreentrenamiento y los entrenamientos intensos pueden hacer que, día tras día, tu cuerpo no pueda recuperarse llevándote a una debilidad continuada a la hora de hacer ejercicio. Por eso, tener una planificación deportiva y dejar al cuerpo recuperarse, logrará que esa fatiga deportiva y el bajón después de hacer ejercicio sea cada vez menor.
¿Por qué me siento débil al hacer ejercicio?
Cuidar tu alimentación, el sueño y los tiempos de entrenamiento son los tres factores clave para lograr deshacerse de la fatiga deportiva, además de uno de los ladrones de la energía más habituales de nuestros tiempos: el estrés. Aunque no se hable en exceso del cansancio mental, se debe tener presente que en ocasiones el agotamiento físico también es causa de un sobreesfuerzo mental.
La vida frenética, el no tomarnos nuestro tiempo para descansar y desconectar con las personas que nos rodean, pueden afectar a nuestra falta de energía a la hora de entrenar. Esto está especialmente relacionado con la higiene del sueño, puesto que este frenetismo puede afectar al ciclo del sueño y, por tanto, provocar una debilidad a la hora de hacer ejercicio.
Evitar que te falte energía a la hora de entrenar pasa por cada uno de estos cuatro puntos esenciales. Son consejos básicos que no todo el mundo tiene en cuenta cuando se mete de lleno a disfrutar del deporte, pero que son parte intrínseca del cuidado de la persona que lo practica. En cualquier caso, consultar con un profesional y hacerse un chequeo anual para saber que todo sigue en orden, nunca está de más.