El cáncer sigue siendo una de las principales preocupaciones de salud pública mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2022 se diagnosticaron 20 millones de casos nuevos de cáncer a nivel mundial, y se registraron 9,6 millones de muertes por esta enfermedad. Sin embargo, cada vez más investigaciones demuestran que el ejercicio no solo puede ser una herramienta clave en la prevención, sino también en el tratamiento y la recuperación de los pacientes con cáncer. A continuación, exploramos cómo la actividad física puede desempeñar un papel fundamental en la lucha contra el cáncer, mejorar la calidad de vida y contribuir a la recuperación, a través de diversos estudios científicos elaborados por el Profesor Alfonso Jiménez, Director del Lab.
Prevención del Cáncer: La Importancia de la Actividad Física
La actividad física regular se ha demostrado como una de las formas más eficaces de prevenir ciertos tipos de cáncer. Diversos estudios, incluidos aquellos en los que ha participado , muestran que el ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer en un 15-30% dependiendo de la intensidad y duración. Este beneficio preventivo se debe a varios factores:
- Control de peso: El ejercicio ayuda a mantener un peso saludable, lo que reduce el riesgo de cáncer en órganos como el colon y el útero, al igual que en otros lugares del cuerpo.
- Mejora de la circulación sanguínea: El ejercicio aumenta la circulación, lo que optimiza la función del sistema inmunológico, permitiéndole detectar y destruir células cancerígenas de manera más eficiente.
- Regulación hormonal: La actividad física regula hormonas como el estrógeno y la insulina, que están estrechamente relacionadas con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, especialmente el de mama y colon.
Estudios realizados por el Profesor Alfonso Jiménez, Director de GO fit LAB, han corroborado estos efectos preventivos y han demostrado que la actividad física moderada puede reducir significativamente el riesgo de cáncer en la población general.
Ejercicio Durante el Tratamiento Oncológico: Un Aliado Clave
El ejercicio no solo juega un papel crucial en la prevención, sino que también tiene efectos positivos durante el tratamiento del cáncer. Los tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia, aunque efectivos, pueden ser físicamente exigentes y causar efectos secundarios como la fatiga extrema y la pérdida de masa muscular. Sin embargo, estudios han demostrado que la actividad física puede:
- Reducir la fatiga: Uno de los efectos secundarios más comunes de los tratamientos contra el cáncer es la fatiga profunda. El ejercicio regular ayuda a reducir este cansancio, mejorando la energía y la vitalidad de los pacientes.
- Mejorar el estado de ánimo: Los pacientes con cáncer a menudo experimentan ansiedad y depresión. El ejercicio estimula la liberación de endorfinas, lo que mejora el bienestar emocional y reduce los síntomas de depresión.
- Mantener la masa muscular: Durante el tratamiento, los pacientes suelen perder masa muscular, lo que debilita su cuerpo. El ejercicio, especialmente los ejercicios de fuerza, es crucial para preservar la masa muscular y mejorar la fuerza física.
- Reducir el riesgo de recaídas: Según investigaciones científicas, los pacientes que practican ejercicio regular tienen un 50% menos de riesgo de recaída en cáncer y una mayor tasa de supervivencia. Además, el ejercicio mejora la respuesta del cuerpo a los tratamientos oncológicos.
Ejercicio en la Recuperación Tras el Cáncer
Después de completar el tratamiento, muchos pacientes enfrentan una larga etapa de recuperación. En este proceso, el ejercicio sigue siendo un factor crucial:
- Mejora la movilidad y flexibilidad: El ejercicio ayuda a restaurar la movilidad, permitiendo que los pacientes retomen su vida diaria con mayor facilidad.
- Recuperación más rápida: Los pacientes que mantienen un estilo de vida activo tienden a recuperarse más rápidamente después de los tratamientos y tienen menos complicaciones postoperatorias.
- Reducción del riesgo de nuevos cánceres: La actividad física puede disminuir el riesgo de desarrollar nuevos cánceres en el futuro, lo cual es especialmente relevante para aquellos que ya han tenido un tipo de cáncer y desean prevenir recurrencias.

¿Qué Tipo de Ejercicio es el Más Beneficioso?
No hace falta realizar ejercicios intensos para obtener beneficios. Existen varias formas de ejercicio que se adaptan a las necesidades de los pacientes con cáncer, y la clave es ser constante. Algunos de los ejercicios recomendados incluyen:
- Caminar: Es accesible, suave para el cuerpo, pero mejora la circulación y reduce la fatiga.
- Nadar: Un ejercicio de bajo impacto que mejora la resistencia y fortalece los músculos sin causar estrés en las articulaciones.
- Ejercicios de fuerza: Levantar pesas ligeras o hacer ejercicios de resistencia ayuda a mantener la masa muscular durante y después del tratamiento.
- Yoga y estiramientos: Son ideales para mejorar la flexibilidad, reducir el estrés y mejorar el bienestar general.
Conclusión
El ejercicio es una herramienta poderosa en la prevención, tratamiento y recuperación del cáncer. No solo ayuda a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, sino que también mejora la calidad de vida de los pacientes, aliviando los efectos secundarios de los tratamientos, acelerando la recuperación y reduciendo el riesgo de recaídas. Si estás enfrentando el cáncer, o si deseas prevenirlo, incorporar actividad física en tu rutina diaria puede tener un impacto positivo en tu bienestar general y que mejor sitio para hacerlo que en GO fit.