La razón por la que la hidrogimnasia es altamente recomendable se puede entender con una analogía. Hacer ejercicio en el agua aumenta la resistencia, fuerza, flexibilidad y equilibrio, cualidades aprovechadas por la hidroterapia. Pero esto no quiere decir que su práctica esté dirigida a quienes experimentan molestias físicas o pérdida de movilidad. Comprueba con GO fit cómo la hidrogimnasia es una de las actividades físicas más completas para todo tipo de personas.
Qué es la hidrogimnasia y por qué practicarla
Existen varios nombres que definen la práctica de ejercicios en el agua. Algunos incluyen el término latino aqua, como aquagym. Otros destacan la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno de este deporte, como el acuaeróbic. También se denomina fitness acuático, ya que este es un ejercicio vigoroso adaptable a cualquier edad y condición física.
Realmente, existen multitud de programas de entrenamiento para hacer en una piscina e incluso en el mar. Yoga acuático, levantar pesas, spinning o aqua cycling, ejercicios rehabilitadores y de fortalecimiento, aquarunning, aquabox, aquaboard y aqualatino, son algunos de ellos.
La hidrogimnasia como tal es una actividad física muy divertida que utiliza la resistencia del organismo en un medio sin gravedad. Para ello, utiliza música e implementos como pull buoys, barras de flotación, mancuernas, etc. Para animarse no hace falta saber nadar ni tener una forma física envidiable, aunque sus efectos son inmediatos. En pocas sesiones aumentamos la definición y resistencia de cada músculo, trabajado sin forzar las articulaciones.
Otro efecto positivo es que al flotar, el agua amortigua nuestro peso. De esta forma nuestra columna vertebral y articulaciones se relajan. Algo relativamente parecido le pasa al corazón cuando hacemos cardio en el agua. Lo que ocurre es que los latidos se ralentizan y, gracias a la comprensión hidroestática, la circulación se activa. Así, activamos nuestro cuerpo pero disminuyendo el esfuerzo realizado por el corazón.
Cuáles son los beneficios de la hidrogimnasia
Cómo realizar ejercicios en el agua y cuál debe ser la intensidad depende de cada necesidad y estado físico. Su práctica puede estar enfocada a la fuerza o la actividad cardiovascular, pero sin impacto para las vértebras ni articulaciones. 2 o 3 veces a la semana es suficiente para una marcada mejora de la condición física general. Esta es, además, una de las primeras alternativas recomendadas para prevenir y recuperarse de las lesiones. Una sola sesión es muy completa, puesto que se trabajan grupos musculares del tren superior, inferior y medio, como la musculatura profunda del abdomen (core).
Estas son otras razones por las que la gimnasia en el agua es muy saludable:
- Mejora la coordinación, el equilibrio y la elasticidad.
- Disminuye de los efectos negativos del estrés.
- Equilibra los patrones respiratorios.
- Incrementa la capacidad pulmonar.
- Aumenta la densidad ósea.
- Regula la tensión arterial.
- Mejora de las lesiones de la columna, caderas y articulaciones de las extremidades.
- Estimula la resistencia y el consumo de calorías, al tener el agua una densidad mucho mayor que la del aire
Algunos ejercicios de hidrogimnasia
Casi cualquier rutina en tierra puede llevarse a cabo en el agua, como flexiones, sentadillas o jumping jacks. Otras prácticas pueden realizarse utilizando tu propio cuerpo o elementos de la piscina:
- Flota con tus manos haciendo círculos mientras subes una pierna y otra alternadamente.
- Colócate apoyando los codos en el bordillo de la piscina mientras subes las piernas a la altura de las caderas. En la misma postura también se mantienen las piernas rectas mientras se aletea con los pies.
- Agárrate de la escalerilla por ambos brazos e impúlsate hacia arriba sin utilizar las piernas.
- Flotando en el agua, extiende los brazos con una pelota o un flotador en las manos y date la vuelta sobre tu espalda, alternando derecha e izquierda.