El cuerpo humano está hecho para el movimiento. Todos nuestros sistemas tienen como misión aportar energía y oxígeno para que se produzca el trabajo de los músculos. Por eso, cuando tenemos períodos de reposo, nos cuesta volver a tener el mismo vigor e incluso experimentar dolor a causa de la inactividad. De esta premisa, tan simple pero fascinante como es la vida, parte el concepto NEAT. ¿Te apuntas al intercambio constante de energía que surge a cada segundo dentro de nuestro propio organismo
¿Qué es el NEAT?
Cuando subimos el nivel de intensidad de la actividad a través de tareas rutinarias, incrementamos el proceso vital denominado NEAT. Esta palabra es el acrónimo en inglés de non-exercise activity thermogenesis, es decir, aquellas acciones que no son deportivas pero que precisan esfuerzo físico. Por tanto, puede decirse que no existe una relación directa entre NEAT y fitness, pero sí puede ser nuestra particular calculadora de gasto calórico diario. Si bien se desconoce cómo funciona su mecanismo de regulación, se sabe que se incrementa con la alimentación y decrece con el déficit calórico a causa de la subalimentación.
Aumentar el NEAT es sencillo, toda una declaración de guerra a la vida sedentaria. Se modula con cambios en el equilibrio energético, por lo que es el resultado acumulativo de numerosos gestos diarios. De esta manera, pasar la aspiradora, cocinar, hacer la compra o pasear al perro aumentan sustancialmente este proceso de actividad exotérmica. De hecho, el NEAT puede explicar la gran mayoría de las necesidades energéticas de una persona en reposo o tasa metabólica basal.
¿Cómo aumentar el NEAT?
El NEAT en nutrición puede calificarse como un componente crítico a la hora de controlar el peso. De igual manera, nos da pistas para establecer vías de cómo ser más activo: subir las escaleras en lugar de coger el ascensor o bajarte unas paradas antes del autobús y caminar son indudablemente formas de aumentar el gasto de calorías. En general, se calcula que el NEAT varía entre el 15% y el 30% del gasto calórico diario en función del estilo de vida que llevemos. Por esta razón, es difícil saber cómo calcular el NEAT con exactitud, además de que el consumo energético es un proceso compuesto de varios procesos metabólicos. Te los explicamos a continuación.
- Tasa metabólica basal (TMB): calorías mínimas que el cuerpo necesita para mantener las funciones vitales esenciales sin que se produzca movimiento.
- Efecto térmico de los alimentos (TEF): gasto calórico o aumento metabólico derivado de la digestión, la absorción, procesamiento y almacenamiento de los alimentos. Es relevante comentar en este punto que la proteína tiene un efecto térmico mayor que otros nutrientes, lo que supone un mayor gasto energético para el organismo.
- Actividad física: es el gasto calórico generado al hacer deporte.
- NEAT: como hemos visto, se trata de la termogénesis no relacionada con el ejercicio físico.
¿Cómo sentirse más activa?
Estos son algunos consejos para incrementar la termogénesis producida por actividad fuera del ejercicio:
- Levántate más a menudo del asiento. En lugar de descansar mirando el móvil, pasea un rato por el lugar donde te encuentres.
- Plantéate usar más la bicicleta para tus desplazamientos o, incluso, incorpórala en tu tiempo de ocio para salir, ir a la compra, etc.
- Ponte de pie en el transporte, en el trabajo, en la cafetería. Simplemente con esta acción, podemos aumentar el NEAT diario.
- Ve a pie a hacer los recados o a la compra. Para no cargar en exceso, lleva un carrito de la compra o programa tus compras para ir con más frecuencia caminando en lugar de ir solo una vez en el coche.
- Camina en cualquier situación: hablar por teléfono, esperar a alguien.
En definitiva, que el NEAT sea la excusa perfecta para incorporar una mayor rutina de movimiento en tu vida.
J.A. Levin. Review. Termogénesis por actividad sin ejercicio (NEAT). National Center for Biotechnology Information. National Library of Medicine. 2002 Dec; 16(4):679-702.