¿Qué es el burnout?
En los últimos años hemos escuchado hablar del burnout o síndrome del trabajador quemado. Este síndrome, es un estado psicológico que se mantiene durante un tiempo, y afecta especialmente a las generaciones más jóvenes, pero puede manifestarse a cualquier edad.
Es importante que, ante cualquier síntoma de agotamiento, seamos capaces de detectar que algo falla en nuestro interior y tomemos ciertas medidas para evitar que aumente.
Cuando hablamos de burnout, nos referimos a un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se manifiesta en la actividad laboral de los afectados. A diferencia de una depresión o una patología general, el burnout se entiende como el «síndrome del quemado en el trabajo», es decir, un estado en el que el trabajador, a consecuencia de un desánimo continuado, experimenta desinterés por las tareas que debe realizar durante su jornada laboral.
Según los expertos, este síndrome sería la consecuencia directa de haber sufrido una decepción profunda por la actividad que se desempeña a consecuencia de malas condiciones laborales, un idealismo depositado por el trabajador en el entorno laboral o tareas rutinarias que acaban por desmoralizar al empleado.
¿Cómo nos afecta el burnout?
En algunos puntos de la etapa laboral, es corriente que los trabajadores atraviesen épocas de mayor o menor productividad. No obstante, hablamos de burnout cuando las consecuencias afectan a la vida personal del trabajador, que comienza a experimentar síntomas parecidos a la depresión: desmotivación generalizada, apatía, agotamiento emocional, etc.
En el plano laboral, los efectos son evidentes. Por un lado, la implicación de los trabajadores prácticamente desaparece. Dado que el empleado se siente desmotivado, su papel activo dentro de la empresa da paso a un rol pasivo, donde el trabajador realiza únicamente las tareas que se le encomiendan, sin aportar ideas ni creatividad. Por otro, la productividad desciende, y aquellas tareas que debe realizar son ejecutadas en un tiempo excesivo y, en ocasiones, con faltas o errores. Esta conducta se explica precisamente por la falta de atención, la incapacidad para concentrarse y la pérdida de motivación. Además, estos problemas psicológicos suelen ir acompañados de insomnio, migrañas o ausencia de apetito.
¿Por qué se produce el burnout?
El burnout puede explicarse por varias razones, las cuales dependen de la persona afectada, la empresa en la que trabaja o los problemas personales que afronta. No obstante, algunas de las causas más frecuentes están relacionadas con un sentimiento de baja realización (ya sea porque no se siente realizado con el trabajo o porque la empresa no valora a sus trabajadores), pocos incentivos laborales (sueldo insuficiente, jornadas extensas, trabajo arduo…), problemas entre compañeros, poca autonomía o incluso demasiadas expectativas depositadas en un puesto en cuestión.
¿Cómo reconocerlo?
Aunque los síntomas pueden parecerse al estrés o la depresión, el burnout tiene su origen en la actividad laboral de la persona, la cual supera las barreras propias de la actividad y afecta a otras parcelas de la vida personal. Asimismo, el burnout se caracteriza por extenderse en el tiempo, una perdurabilidad que lo diferencia del estrés o la ansiedad en un momento determinado.
¿Qué hacer para evitar el burnout?
Son muchas las medidas que se pueden tomar para paliar los efectos del burnout. En primer lugar, el trabajador debe valorar si verdaderamente le compensa o quiere seguir realizando su actividad como hasta ahora. Tal y como hemos comentado, en ocasiones el burnout está motivado por falta de comprensión, autonomía o gratificación por parte de la empresa. En estos casos, es posible que la persona haya alcanzado la máxima responsabilidad interna y, sin embargo, quiera seguir creciendo. En este supuesto, es importante detectar el origen y saber poner fin a ciertas etapas.
En otros casos, el burnout surge de un exceso de autoexigencia por parte del trabajador. Para evitar esta dicotomía, debemos interiorizar que el trabajo es tan solo una parcela de la vida. Practicar actividades como mindfulness o realizar deporte de manera diaria puede ayudarte a disminuir los niveles de cortisol y aprender a manejar el estrés.
Por último, una razón que puede explicar el burnout es el choque entre la realidad existente en el mercado laboral y la idealización del trabajador. En estos casos, debemos ser conscientes de la necesidad de aprender a valorar la realidad presente, evitando caer en idealizaciones excesivas e irreales.
¿Cómo tratar el burnout?
Como hemos comentado, el deporte o los hábitos saludables producen numerosos beneficios en el cuerpo humano. Síntomas como la falta de apetito, la reducción de estrés o el insomnio pueden atajarse mediante ejercicios en sala, clases en gimnasios y planes de nutrición, como los que puedes encontrar en GO fit.
A esta apuesta por la salud debes intentar sumar otras actividades: quedar con amigos, hacer escapadas con la familia y apostar por tus hobbies. ¡Recuerda que el trabajo no lo es todo!