La apnea del sueño y el deporte se interrelacionan en cuestiones vitales para gozar de una buena salud. Este trastorno incide en el bienestar diario, lo que afecta directamente al rendimiento. Sin embargo, es precisamente la rutina de ejercicio uno de los remedios que más significativamente reduce su severidad. En estas líneas, se ha demostrado igualmente que practicar cualquier deporte o caminar reduce las posibilidades de desarrollar este síndrome obstructivo del sueño.
Ejercicio y apena del sueño
El síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño hace referencia, respectivamente, a una obstrucción total o parcial del paso del aire mientras se duerme. El paciente puede llegar a despertarse desde 5 hasta más de 30 veces por hora, en episodios que pueden durar más de 10 segundos. De no tratarse, estas interrupciones implican una serie de importantes riesgos para la salud. Bajo esta premisa ¿qué tiene que decir en la apnea del sueño el ejercicio físico?
El bloqueo de las vías respiratorias es más común en las personas con sobrepeso u obesidad. El exceso de grasa en el cuello y alrededor de la cintura disminuye el volumen y la capacidad pulmonar, condición que multiplica diez veces la aparición del trastorno. Esta es la primera de las razones por las que relacionar apnea del sueño y deporte. Sin embargo, la terapia deportiva o meditar antes de dormir no son las únicas acciones que ayudan a dormir mejor en todos los trastornos del sueño.
Como en el insomnio, la actividad física continua puede incluso evitar que algunas personas precisen dormir con una mascarilla CPAP. Así, la pérdida de masa corporal es fundamental para mejorar la apnea del sueño. Con ella, se reduce la presión sobre los tejidos y, por tanto, el número paradas respiratorias. Para conseguirla, además, es preciso focalizarse en ejercicios técnicos para movilizar la cabeza y la cintura, así como otros dirigidos a la boca y la garganta. ¿Cómo conseguirlo y adquirir la motivación?
El papel de la actividad física en la apnea del sueño
Dado que los kilos de más son un factor de alto riesgo, un seguimiento personalizado de nutrición y entrenamiento físico no pueden obviarse. Esta es la conclusión de diversas investigaciones, una de las cuales relaciona directamente un modesto paseo diario con una reducción de la aparición de la apnea en un 10%. Por su parte, un estudio liderado por el profesor de Harvard Tianyi Huang, ha encontrado una clara relación entre actividad física, comportamiento sedentario y la aparición de este trastorno.
Vincular ejercicio físico y el sueño es vital, pues, como forma de prevenir y tratar este grave problema de salud. Esto se hace extensible a cualquier edad en caso de la obesidad. Los niños y niñas con sobrepeso deben contar con una rutina de deporte diario con el fin de no desarrollar este síndrome y todas las implicaciones que para el desarrollo conlleva.
Qué tipo de deportes hacer para la apnea del sueño
La apnea del sueño y deporte deben ir ligados como rutina diaria, tanto de forma preventiva como tratamiento regular. Con asesoramiento especializado, los ejercicios de fuerza y resistencia que impliquen circuitos con repeticiones y el entrenamiento con bicicleta son estrategias que mejoran sensiblemente la calidad del sueño. Pautas de alimentación que eviten un alto consumo de hidratos de carbono antes de dormir y prácticas de atención consciente y respiración como mindfulness o yoga, también han obtenido muy buenos resultados. El inseparable tándem entre apnea del sueño y deporte no solo es vital para el descanso. Si no se trata de manera integral, este síndrome se correlaciona con otros trastornos como osteoporosis, enfermedades cardíacas, ictus e hipertensión arterial, todos íntimamente relacionados con la vida sedentaria.