Conoce la historia de Ismael Santos, nuestro experto en Mindfulness
La consciencia plena transformará tu vida.
Mis primeros pasos en mi nueva vida…
Mi primer contacto con la meditación surgió hace unos dieciocho años. La temporada acababa de terminar y tras más de veinte años jugando al baloncesto, trece de ellos como jugador profesional, mi corazón y sobre todo mi cabeza ya no estaban presentes ni en los entrenamientos ni en los partidos. Aquello con lo que había disfrutado plenamente desde que tenía seis años ya no me hacía feliz.
Y por si fuera poco, me atrevía a mezclar esta situación con los propios problemas personales que suele acarrear un divorcio y una casi inexistente relación familiar. Sabía que mi vida necesitaba un giro de 180 grados, así que tras mucho tiempo buscando mi sitio, decidí escaparme a la India.
El viaje que cambiaría todo.
Un mes más tarde aterrizaba en Delhi. Al salir del aeropuerto un calor sofocante, un ruido ensordecedor y una multitud de aromas me dieron la bienvenida. Por las primeras impresiones no me sentí demasiado ubicado, pero sin importarme demasiado, tras el habitual recorrido turístico en el que llegué hasta el Taj Majal, emprendí el viaje hacia mi verdadero objetivo: la región de Ladakh, conocida como el pequeño Tíbet.
Mis recuerdos de ese primer día en Leh, la capital de Ladakh, se ven intercalados por la horrible del mal de altura y el estraño placer de sentirme en casa. Tras varios días de descanso y turismo, me dispuse a estrenarme como verdadero senderista. Caminando entre las montañas del Himalaya descubrí la meditación, concretamente durante la visita al monasterio de Thiksey, observando a los monjes meditando, a veces recitando algunas oraciones y otras simplemente en silencio. Se respiraba una atmósfera de absoluta paz y serenidad, y desde ese momento supe que necesitaba llenarme de esas sensaciones. Me quedé tres meses más.
Durante ese tiempo, experimenté lo que fueron mis primeros días de silencio absoluto para encerrarme en mi mismo. Fueron los monjes, que para mi fortuna hablaban inglés, los que me enseñaron a meditar, y de hecho, tuve el privilegio de conocer a la máxima autoridad del lugar Nawang Chamba Stanzin, Thiksay Khenpo Rinpoche, de quienes me atrevo a reconocer que marcaron un antes y un después en mi vida. De ellos aprendí que las respuestas a mis preguntas estaban más cerca de lo que pensaba, solo tenía que buscar en mi interior, concentrarme, escucharme. Meditar.
Ahora, mi tarea consiste en compartir con vosotros esta y todas las demás experiencias que pude experimentar en mi viaje a través del Mindfulness, porque no, no terminó en la India.
Ismael Santos