La pandemia ha significado un imprevisto, desconocido y difícil examen para nuestra salud mental. A la complicada situación sumábamos la cuestión psicológica, provocada por el impacto de las restricciones.
Es una realidad decir, y no hay que temer por ello, que la pandemia supuso un duro golpe a la moral de la gente. El nuevo proyecto laboral, la ilusión por comprar una nueva vivienda, el viaje que teníamos planeado… Todo se paró de forma inmediata, sin esperarlo ni tener margen para planificar una alternativa. La salud mental sufrió un fuerte impacto, especialmente en aquellas personas que arrastraban problemas psicológicos o que viven solas.
Cómo recuperar la normalidad, primer paso
Recuperar la normalidad no ha sido fácil. Han pasado dos años y estamos en el punto más próximo a lo que antes conocíamos como vida normal, pero todavía existen ciertas limitaciones, sin olvidar la nueva costumbre de llevar mascarilla. Este golpe moral se afronta con socialización. Hablar, escuchar, conocer a gente. Es el primer paso, complejo pero muy importante para recuperar los niveles de felicidad previos a la crisis. Se trata de recuperar aquellas acciones normales que antes hacíamos todos los días de forma inconsciente y que ahora ganan una importancia capital. Solo así podemos comprobar que no estamos solos en este reto, pues hay mucha gente que ha pasado por lo mismo. Naturalizar el problema puede ser necesario, ya que ayuda a entender mejor los motivos y las consecuencias de un shock de estas características.
Cómo recuperar la motivación en la nueva normalidad
La aceptación y la socialización son las primeras medidas para entender la situación. Ahora hay que dar un paso más para recuperar el espíritu por seguir creciendo, mejorando y disfrutando en la vida. Centrarse en lo positivo es un clásico de los manuales de psicología, si bien aquí merece ser destacado porque se trata de una experiencia que ha sido inédita para esta generación, por lo que una premisa de estas características sería un buen punto de partida.
El trauma ha sido colectivo y resulta un gran error la comparación con los demás. Nunca se debe hacer, menos aún en este momento, ya que cada persona ha vivido la pandemia de una manera diferente y particular. Los progresos de uno mismo no se comparan, sino que se apuntan para mañana mejorarlo.
Nuevos retos en la nueva normalidad
Queremos motivarnos en la nueva normalidad. ¿Por qué hay que buscar una normalidad como la que conocíamos antes? Quizá es el momento de establecer nuevos retos. Lo cierto es que es la oportunidad, porque un mundo cambiante como el actual genera oportunidades. En ese sentido, Internet ofrecer grandes posibilidades, sin olvidar que el “nuevo mundo” no es únicamente digital. La escritura puede servir de gran ayuda para reflexionar y liberarse de la presión que hemos acumulado en el interior, así como estímulo a la hora de encontrar una razón para seguir creciendo. Incluso podemos compartir nuestras impresiones con otras personas a través de redes sociales y blogs. Seguro que hay mucha gente al otro lado de la pantalla que tiene una sensación parecida a la tuya.
Los pequeños hitos son también una vía para generar motivación: ponerse un objetivo semanal, asequible, que genera una sensación de felicidad y compromiso cuando se cumple. Este proceso se completa con la fijación de una sistema de recompensas, que suponen un elemento motivador, independientemente de la magnitud de estas.
El ejercicio es, sin duda, otra acción motivadora que puede cumplir todos los retos marcados como la socialización, el establecimiento de retos y recompensas, y el espíritu por mejorar y superarse a uno mismo. Es una vía de desconexión total que libera la mente durante una serie de horas a la semana y que supone una creciente mejora en las condiciones del cuerpo. El deporte es salud, física y mental, y una salida muy saludable y efectiva para motivarse de cara a los posibles cambios que se avecinan en nuestra sociedad.