DOMS (Agujetas) cómo sufrir menos sus consecuencias
¿Cómo se generan las agujetas?
Las agujetas, nuestro principal temor del día después. Todos las conocemos, todos las hemos sufrido, pero quizá no conocías el término en inglés: DOMS (Delayed Onset Muscle Soreness) que podríamos traducirlo directamente como dolor muscular tardío o de aparición posterior al ejercicio.
Lo primero es entender exactamente qué es ese “dolor” que sentimos tras una sesión de entrenamiento intenso, porque como seguro que has experimentado alguna vez, puedes sentirlas en cualquier parte de tu cuerpo, incluso aunque creas que no has entrenado esos músculos en la sesión, a veces aparecen a las pocas horas de entrenar, otras al día siguiente o a las 48h. Pero, ¿por qué sentimos ese dolor al fin y al cabo?
Anteriormente, se pensaba que las agujetas venían provocadas por la acumulación de ácido láctico (lactato). Se trata de un “producto” que emerge de nuestro propio cuerpo, y se ha pensado mucho en que su congestión en las fibras musculares era el principal precursor de la fatiga y, por ende, de las agujetas posteriores. La creencia más extendida era que el ácido láctico cristalizaba en diminutas partículas que provocaban este dolor tan peculiar, pero ahora sabemos que eso no es del todo así.
En la actualidad se sabe que las DOMS vienen provocadas por micro roturas fibrilares que afectan a la parte nerviosa muscular, pero no a la estructural Por ello, aunque sientas cierto dolor, tu musculatura sigue cumpliendo sus funciones estabilizadoras y movilizadoras para las que está diseñada.
¿Son inevitables entonces las agujetas?
Suele ser una pregunta bastante común y, realmente, la única respuesta posible es depende. Depende de la actividad realizada, de tu condición física, e incluso de tu condición estructural ósea y muscular.
Por ello, no podemos decir a ciencia cierta qué entrenamiento puede provocarte o no DOMS, aunque sí que suele cumplir una pauta: si es una actividad a la que tu cuerpo no está acostumbrado, seguramente tengas que enfrentarte a ellas, ya que parece ser que tanto el esfuerzo físico como el cognitivo de una nueva actividad a la que no estamos acostumbrados, parece ser uno de los determinantes.
También suele coincidir con entrenamientos de una intensidad elevada, que tiene mucho sentido, ya que cuando realizamos trabajos a alta intensidad, es cuando más trabajan nuestras fibras musculares; pero es cierto que también es cuando más rápido se adaptan al entreno, así que muchas veces es mejor “sufrir” unos días para mejorar tus aptitudes de una manera más rápida.