Los beneficios de meditar después de hacer ejercicio son, en general, poco conocidos. Sin embargo, sí que cada vez más está más extendida la creencia de que la actividad física sirve tanto para estar en forma como para practicar la atención plena. Efectivamente, la realización de movimientos conscientes nos sitúa en el momento presente, con lo que logramos “parar” nuestra mente, fabricante incansable de pensamientos. Además de evitar lesiones, con esta focalización se practica la concentración y se combaten el estrés y la ansiedad. Por todo ello, es fácil imaginar que meditar tras hacer deporte no solo es algo compatible, sino que se trata de dos actividades altamente complementarias.
Meditación y ejercicio físico: el equilibrio perfecto
Es de sobra conocido que la meditación y el deporte tienen, por separado, efectos positivos para la salud y el bienestar. La gran aportación consiste en su combinación, acción que potenciará aún más todos sus efectos positivos. Con ello, se consigue una regeneración activa.Es decir, estaremos estimulando al organismo para que entre en fase de descanso, haciendo que tenga que invertir menos energía en recuperarse. De manera general, meditar después de hacer ejercicio reduce la tensión y el lactato de los músculos. Por tanto, se puede meditar después de hacer deporte, proporcionando estos otros efectos:
- Reducción del estrés. El ejercicio físico libera endorfinas, hormonas responsables de generar sensaciones agradables y disminuir el estrés. Al complementar esta práctica con la meditación, se promueve una mayor serenidad mental, contrarrestando el estrés acumulado durante el día.
- Recuperación postejercicio. Se refiere a cuándo es mejor meditar. Esta acción proporciona relajación tras un entrenamiento intensivo, con lo que se reduce la tensión muscular. Esto se consigue a través de la respiración y focalización de la atención en el tiempo presente. Hay una conexión directa entre el cuerpo y la mente y nuestros pensamientos pueden controlar más adecuadamente sus reacciones.
- Meditación y rendimiento deportivo. Otro de los beneficios de combinar meditación y ejercicio físico es el desarrollo de la concentración. La atención en el momento presente ayuda a mejorar la técnica, resistencia y resiliencia. Al ser, igualmente, eficaz en el tratamiento de la ansiedad y el estrés, contribuye a un mejor estado mental y desempeño en el deporte y en la vida.
Técnicas de meditación para después del ejercicio
La elección de meditar antes o después del ejercicio físico puede depender de diversos factores. Ambas opciones tienen beneficios y pueden complementar tu rutina de ejercicio de diferentes maneras. No obstante, hay que recordar que se deben terminar los entrenamientos con un lapso corto de tiempo para la vuelta a la calma. Con esto se consigue agilizar el proceso de recuperación muscular, reduciendo la hiperacidez. Estos momentos son también adecuados para incorporar la meditación después del ejercicio.
Son diversos los tipos de meditación, aunque no hay una técnica que se considere como la mejor para después de hacer ejercicio. Con tan solo 10 minutos de focalización en las sensaciones de la respiración en las fosas nasales estaremos facilitando la regeneración del organismo.
Si tienes más tiempo disponible o deseas profundizar en esta práctica, puedes aumentar gradualmente la duración de tus sesiones. Algunas personas encuentran beneficios significativos al meditar durante 20 a 30 minutos después de hacer ejercicio. Sin embargo, lo más importante es escucharte y ajustar la duración según tus necesidades y nivel de comodidad en sus distintas posturas para meditar.
Establecer una rutina diaria o regular para meditar después de hacer deporte puede ayudarte, por tanto, en tu progresión en la actividad física.