El dicho de que el deporte es salud no es ninguna frase hecha. Es una realidad que se aprecia en los beneficios físicos y mentales que la práctica deportiva tiene en todos los grupos de edad. Tanto el fortalecimiento de músculos y huesos como un mayor bienestar emocional, el deporte es una actividad que debería estar señalada en rojo para todos los ciudadanos. Las posibilidades y los tipos dependen de cada persona, ya que una de sus ventajas es el múltiple abanico de modalidades deportivas que se pueden practicar.
El primer síntoma positivo del ejercicio físico se aprecia en una mejora de la forma física y la resistencia. El individuo se siente mejor si practica deporte con asiduidad y siente, con el paso del tiempo, que su cuerpo responde cada vez mejor tanto a la carga de trabajo como a las acciones cotidianas que se realizan cada día. La pérdida de peso también va asociada a esta actividad. El fortalecimiento de los músculos es otra consecuencia de la práctica de deporte, entre ellos el más importante, el corazón. Porque la actividad física regula la presión arterial y esto significa que el corazón es más fuerte, por lo que requiere de menos esfuerzo para bombear una mayor cantidad de sangre. Los ligamentos y las articulaciones también experimentan una notable mejora a través del deporte, así como el nivel de flexibilidad de todas las partes del cuerpo.
Los beneficios del deporte desde el punto de vista físico son infinitos para el cuerpo humano, pues además del fortalecimiento general, reduce el riesgo de sufrir enfermedades como determinados cánceres, la diabetes o la osteoporosis, que es una enfermedad que produce una reducción de la densidad de masa ósea.
El apartado mental también ve mejoras a través del deporte. Reducción del estrés o ansiedad, calidad del sueño, subida de la autoestima, aumento de la concentración o disminución de la agresividad son algunas de las consecuencias directas que, desde la perspectiva emocional de una persona, se consiguen mediante la práctica de la actividad física. Estos, y los beneficios físicos, se aprecian en todos los grupos de edades y algunos de ellos se producen con una incidencia mayor en la etapa de la adolescencia.
Los beneficios del deporte para los más jóvenes
La práctica del deporte es muy importante en este colectivo, cuando los menores tienen entre 12 y 18 años, pues implica muchas ventajas para su cuerpo así como para el desarrollo de su mente. Es una etapa de cambios en la vida de una persona y este cambio de vida se lleva mejor y de una forma más ordenada entre los adolescentes que practican deporte, ya que éste aumenta su nivel de energía y reduce la carga de pensamientos negativos que pueden surgir durante estos años. El insomnio se queda a un lado y los pensamientos positivos florecen entre los jóvenes que practican deporte. Todos estos ingredientes se traducen en un mejor rendimiento académico, pues la capacidad de concentración es mucho mayor. Los objetivos se consiguen así con más facilidad.
El deporte es, además, un elemento socializador, factor importante en una etapa en la que algunos adolescentes encuentran problemas para hacer amistades. El menor se siente más fuerte y con una imagen que le transmite más confianza, autoestima y bienestar. Es un momento de la vida clave que asienta las bases de la persona adulta en el futuro, así que llevarlo con el ejercicio físico ofrecerá beneficios muy positivos, tanto en el presente como para las siguientes etapas.
Soy padre, ¿cómo puedo animar a mis hijos a hacer deporte?
Es una cuestión que aumenta la dificultad cuando los pequeños de la casa son adolescentes, ya que la relación entre padres e hijos no siempre es la ideal durante esta fase. Mostrar y explicar los beneficios que tiene el deporte en su salud es un buen primer paso, si bien el siguiente debe dejarse a su elección. Se trata de permitir que el menor sea quien elija el deporte que quiere practicar. Por un lado, es él quien lo vivirá en primera persona y no podemos oponernos a su decisión. Por otro, es una forma para ganar su confianza. La actitud de los padres ante los pasos del adolescente en este contexto tiene que ser positiva y de apoyo, ya que la mínima reacción de rechazo puede tener consecuencias muy negativas en la percepción del menor.
Predicar con el ejemplo, es decir, acercarse a la actividad que nuestro hijo practica; puede servir de ayuda para fomentar que continúe o aumente su nivel de actividad. En ese sentido, programas de ejercicio en familia como los que proponemos en GO fit Family son una buena elección, ya que organizan actividades deportivas en las que participa toda la familia. Es la mejor manera de socialización entre ellos y de fomento del deporte. Estos centros deportivos cuentan con instalaciones idóneas, en las que se incluye la piscina, y profesionales especializados para la puesta en marcha de un deporte en familia.