¿Qué es el descanso activo?
La realización de un ejercicio de intensidad inferior al del entrenamiento habitual es la clave del descanso activo. Este, si está bien planteado puede permitir recuperarnos mucho mejor que el pasivo habitual, aunque esto no significa que no haya que realizar este último, lo ideal sería compaginar ambos descansos. Todo dependerá del tipo de actividad que hagamos.
Podemos definir el descanso activo como un periodo en el que no se práctica el ejercicio habitual, pero se continúa entrenando con un esfuerzo, aunque este sea mucho menor.
Así si, por ejemplo, entre semana realizamos ejercicios de pesas o crossfit, un descanso activo sería hacer los fines de semana algo de carrera suave al trote o andar por el monte. O bien, compaginar los entrenamientos intensos con, por ejemplo, sesiones de recuperación en la piscina.
De este modo, vemos que un entrenamiento de cardio no entraría dentro de este concepto de descanso activo, ya que la idea sería no solo practicar una actividad física distinta a la habitual, sino que esta sea también más suave.
¿Qué nos aporta el descanso activo?
El descanso activo tiene beneficios tanto físicos como mentales. En primer lugar, ayuda a la mejora cardiovascular, debido a que favorece la circulación de la sangre, propiciando que llegue de manera óptima a los distintos grupos musculares, y por tanto que los músculos se oxigenen. Igualmente, este proceso favorece el aclaramiento del lactato, una sustancia cuyos niveles aumentan mucho cuando realizamos una actividad intensa, volviendo más ácido al músculo y contrayéndolo.
Además, un descanso activo no distorsiona el ritmo de entrenamiento como ocurre con el pasivo, en el cual no se hace ninguna actividad, algo que siempre va peor para la recuperación muscular.
Asimismo, trabajar los músculos de otra forma con una actividad de baja intensidad también es muy beneficioso para nuestra condición física general, porque introducimos una transición con los entrenamientos exigentes.
¿Cuántos días deberíamos hacer el descanso activo?
La programación del descanso activo variaría en función de múltiples factores particulares, como el tipo de entrenamiento que realizamos, nuestra fisiología o la respuesta que tengamos frente a la fatiga.
En este sentido, puede ir bien aplicar un método de ensayo/error consistente en compaginar ambas modalidades de descanso e ir comprobando el rendimiento y las sensaciones que se tienen en el entrenamiento habitual.
- Entrenamientos con cargas muy altas
Por lo general, quienes realizan entrenamientos con cargas muy altas siempre van a precisar descansos pasivos para recuperar los niveles de fosfágenos, que el organismo consume masivamente para obtener la energía que necesita para efectuar series intensas de manera repetitiva. Aunque con el tiempo, conforme el cuerpo se habitúe a este tipo de entrenamientos, puede resultar interesante introducir descansos activos en las series finales, para que los músculos se oxigenen y se reduzca la sensación de fatiga.
- Entrenamientos orientados a la hipertrofia y la potencia
En entrenamientos orientados a la hipertrofia o la tonificación estética el descanso activo irá en función del número de repeticiones que se realicen. De manera que, si estamos entre seis y ocho lo ideal sería el pasivo, mientras que si llegamos a entre doce y quince lo aconsejable sería un descanso activo.
En los entrenos de potencia para conseguir series de calidad se requieren recuperaciones plenas, por lo que la opción pasiva es imprescindible, salvo que se quiera trabajar la capacidad de repetir los esfuerzos, en cuyo caso se podrían introducir descansos activos en los propios entrenamientos.
- Entrenamientos para deportistas
Los descansos activos son muy importantes para los deportistas que se preparan para alguna competición, ya que no pueden llevar su cuerpo al límite todos los días con un entrenamiento intenso, y que precisan planificar al menos un par de descansos activos por semana, en los que realizarán otro tipo de actividades que les permitan mantenerse en forma física y mental, trabajando otras zonas distintas de su cuerpo mientras el resto descansa y no se sobrecarga.
¿Qué podemos hacer en los días de descanso activo?
Hay infinidad de actividades para realizar en los días de descanso activo, como realizar sesiones de piscina o yoga, que además de entrenar de otro modo los grupos musculares tienen excelentes beneficios mentales.
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